viernes, 23 de mayo de 2014
Shale gas ante el cambio climático, ¿solución o agravante?
La humanidad enfrenta actualmente dos retos que requieren una firme voluntad política y social para ser superados: por una parte el cambio climático y por la otra, la creciente demanda de energía en un contexto global de reducción de fuentes baratas y de fácil acceso (pico de petróleo). Frente a este contexto de crisis climática y energética, los yacimientos no convencionales han sido perfilados como la solución debido al gran volumen de reservas globales estimadas y a la idea de que el gas natural emite menos dióxido de carbono (CO2) que otros combustibles fósiles, como el petróleo o el carbón. Sin embargo, estudios recientes han llamado la atención sobre los problemas derivados de su explotación. Por una parte, por los riesgos socio ambientales que conlleva a nivel local y, por la otra, por las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), que serían mayores que las registradas durante la extracción de gas natural de yacimientos convencionales e, incluso, que el carbón. Si la reducción de las emisiones es el objetivo al que debemos apuntar para paliar la catástrofe del cambio climático global, parece evidente que la explotación de shale gas no es la mejor alternativa. No sólo por su mayor incidencia en las emisiones de GEI sino porque invertir en la extracción de no convencionales retrasa la transición energética a una matriz 100% renovable y sustentable.
Observatorio petrolero sur
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