jueves, 2 de diciembre de 2010

interesante

Al nacer, se nos ha provisto de algunos elementos importantes que nos servirán para vivir y desarrollarnos dentro de este mundo, el buen uso que le demos a esos elementos es decisión nuestra y es parte de nuestro libre albedrío.
Contamos con un cuerpo físico, el cuál es un vehículo de expresión de la conciencia. Cuando algo en nuestra vida está fallando, ya sea nuestra salud, la economía, nuestras relaciones, etc., lo que nuestro cuerpo físico y nuestro entorno del mundo material está manifestando, es precisamente la falta de conciencia, es decir, ignoramos las instrucciones de nuestra conciencia superior.
Contamos también con nuestra mente, ésta en conciente de sí misma exceptuando los momentos en que se encuentra en estado de vigilia. La mente, es la parte de nosotros mismos que emerge como ego, aquella parte individual que se encuentra más apegada a nosotros, la parte que me dice "me van a lastimar", ya sea física o emocionalmente.
Cada ser humano cuenta también con una conciencia Crística, aquí se encuentra todo el conocimiento, la guía más allá de la conciencia latente dentro de cada uno de nosotros. La conciencia Crística es la parte que sabe que todo es un juego del cosmos. La mente debe seguir el apremio de la conciencia de Cristo, y después disciplinar los cinco sentidos en el campo de la vida. Nuestra conciencia Crística esta en todo nuestros ser, en todos nuestros sentidos, pensamientos y emociones.
Pero hay algo más... el campo de batalla... la vida misma. Todos estamos involucrados aquí, nos guste o no, tenemos una vida propia que debemos vivir, la vida, es el plano de nuestra existencia, por la cual cada uno debe vivir, luchar, defenderse, responsabilizarse y morir. La vida es un juego, un juego cósmico y las únicas opciones que tenemos es ser buenos o malos jugadores.